Eliud Kipchoge, campeón del mundo y medallista olímpico en varias distancias. Su último oro, en Río, conseguido en la prueba de Maratón. Con 32 años, este keniata se ha convertido en el gran protagonista de #Breaking2, uno de los proyectos más ambiciosos llevados a cabo por Nike. Un plan que comenzó a rodar tres años atrás, con una inversión millonaria a sus espaldas y la firme convicción de reinventar la resistencia del ser humano. ¿Se pueden correr 42,195 km. en menos de 2 horas?
Corrió como nunca, en busca de una marca tan estratosférica como desautorizada. Llegando a la meta, sabiéndose vencido por solo 25 segundos, Kipchoge volvió a sonreír. Antes, concentrado en la gesta, hasta 18 liebres profesionales habían tirado de él a ritmo de galeras. Quizá fue en esos últimos metros, ya corriendo sin que nadie le cortara el viento, cuando volvió a sentirse aliviado en su íntima soledad de fondista.
Las grandes marcas deportivas construyen buena parte de su estrategia en torno a los éxitos de sus estrellas. Como en un eje de coordenadas cartesianas, las victorias de sus héroes se posicionan entre la excelencia y la épica. Rara vez hay espacio para la derrota en ese mapa, salvo que la épica sea de tal magnitud que «humanizar» la excelencia sea un mal menor. En esencia, #Breaking2 es eso. Un desafío descomunal para gloria de un atleta prodigioso, cuyo desenlace invita a activar el plan B de la historia. A Kipchoge le delató una sonrisa al cruzar la meta. La misma que lucían todos los que conocían el titular «reserva»: la única derrota es no intentarlo.
#Breaking2: heredera de una misión.
En su página web, Nike revela su misión como compañía: ofrecer inspiración e innovación a cualquier atleta* del mundo. Y corona la palabra atleta con un asterisco, para aclarar que, si tienes cuerpo, eres un atleta. La aventura de Kipchoge tiene mucho de ambas, de inspiración y de innovación.
Mucha inspiración, porque se trata de una historia llena de mensajes tengas el cuerpo que tengas y el límite que te corresponda vencer. Batir la marca de 2 horas en una prueba de Maratón es toda una osadía hasta para un campeón olímpico. 13 veces se ha renovado el record del mundo desde el año 1969, y en ninguna de ellas la mejora del anterior fue superior a un minuto. Fijar el crono por debajo de las 2 horas, supondría reducir la marca actual en 2 minutos y 57 segundos. Pero esa aplicación de coraje frente a la supuesta utopía, es el mejor estímulo para la práctica deportiva.
Mucha innovación, porque #Breaking2 teatraliza todo el músculo tecnológico que una marca como Nike emplea en el desarrollo de sus productos. Un espectáculo que sirve (también) para presentar las nuevas Nike Zoom Vaporfly, fruto de tres años de intenso trabajo.
«Lo que estamos aprendiendo del proyecto #Breaking2, a un alto nivel, nos permite aplicar este conocimiento a todos los deportes, corredores y a todas las personas, independientemente de su nivel» Brad Wilkins, director del equipo de investigación NXT Generation Research.
#Breaking2: Tres atletas… y todo lo demás.
Kipchoge no corrió solo en el circuito de Monza. En la salida le acompañaban otros dos atletas de élite, el etíope Lelisa Desisa y el eritreo Zersenay Tadese. Fueron descolgándose por el camino, apartándose de la excelencia y perdiendo también el tren de la épica. Podía pasar. A un ritmo de 2:50 por kilómetro lo extraño sería lo contrario. Pero el despliegue de recursos fue mucho más allá. De hecho, buena parte de este relato crece a partir de la experimentación científica y la intervención sobre todas las variables que pueden darse cita en una carrera.
Nada en #Breaking2 resulta aleatorio. La elección de Monza por su climatología, la adaptación oval del circuito, la manera de marcar el ritmo, la estrategia con las «liebres», el avituallamiento motorizado… y por supuesto, las zapatillas. Muchos puristas han arremetido ya en los medios contra la artificialidad de la marca conseguida. Pero el fin del experimento no aspiraba a homologar ningún registro, sino a perpetuar la voluntad de superarnos cada vez que pisamos una línea de salida.
#Breaking2: una estrategia global.
El esfuerzo titánico de Kipchoge y del resto de atletas también tiene reflejo en otra carrera. Esa disputa que mantienen muchas marcas empeñadas en correr de la mano de sus seguidores. Compañías que conectan su misión con las inquietudes y expectativas de quienes aceptan formar parte de su comunidad. A las puertas de un hito sobrehumano, este reto nos deja muchos minutos de información y entretenimiento. Vídeos y artículos sobre los atletas, sus entrenamientos, los avances en la experimentación, el despliegue técnico, el circuito… Un despliegue editorial culminado en la retransmisión en directo de la prueba, con millones de fans participando en la conversación y con la marca convertida en auténtico broadcaster. Un caso que luce ya millones de visionados y un incalculable retorno de la inversión tras su masiva exposición mediática. Un caso que por qué no, bien merecería un resumen en 25 segundos. A veces, no hace falta más tiempo para entender que estás frente a una gran historia.