Un buen tutorial debe ser práctico, sencillo y por supuesto, interesante. Conseguirlo, da lugar a una propuesta de valor que seduce a muchas marcas. Lo fascinante de la publicidad es que nadie se conforma con hacer lo mismo que los demás. Tampoco con un tutorial.
Los amantes del bricolaje pueden llegar a disfrutar de un tutorial casi tanto como de una buena película. Aprender forma parte de su ADN de consumidor. Atendiendo esa vocación, Leroy Merlin lleva tiempo integrando en su estrategia de contenidos decenas de tutoriales llenos de consejos y demostraciones. Ahora también, un buen cargamento de compromiso social.
Esta iniciativa que la compañía ha impulsado en Italia, no abandona la esencia del formato. Los usuarios que visualizan cada tutorial encuentran lo que esperan: una buena práctica del famoso DIY. Lo que cambia esta vez es la dimensión de su propia utilidad. Además de inspirar la curiosidad natural de muchos manitas, servirá para que otros renueven su esperanza en algo mejor. Una fórmula para crear hogar predicando con el mejor ejemplo, para que detrás de un link guardado en una lista de favoritos, haya también un colectivo agradecido.

A veces la creatividad se viste de sentido común. Suele hacerlo cuando se define con precisión el objetivo. En lugar de rodar tutoriales «derrochando» material en sets artificiales, ¿Por qué no aplicar los mismos recursos en escenarios reales que necesitan dichas mejoras? Casa della Carità, es la primera casa refugio adherida a este novedoso programa de ayuda, que a través de su abierta convocatoria cuenta ya con la demanda de más de 50 nuevas candidaturas cuyas sedes precisan de arreglos difíciles de costear sin el respaldo de terceros.
La iniciativa forma parte del proyecto «Bricolaje del corazón». Un programa que se ocupa cada año de que cientos de empleados de la compañía dediquen un día de trabajo a actividades de voluntariado y apoyo a organizaciones sin ánimo de lucro. Son en su mayoría, instituciones próximas a las tiendas, que responden al compromiso de la marca con su influencia sobre las comunidades locales, favoreciendo su arraigo y poniendo en valor toda su colaboración.

En esta ocasión, Leroy Merlin ha construido una bonita historia con indudable acento en su estrategia de responsabilidad social corporativa. Una propuesta que, desde la modestia de su planteamiento, despierta la complicidad de cualquier espectador y activa la interacción espontánea. Una idea solidaria práctica, sencilla y muy interesante. Como un perfecto tutorial.